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Lección 14: Conducir de noche

Es posible que los conductores experimentados no vean mucha diferencia entre conducir de día y conducir de noche. Para los adolescentes, sin embargo, la situación es diferente. Casi todos los riesgos que enfrentan los conductores sin experiencia se multiplican en la oscuridad, cuando es más difícil ver y reaccionar ante los peligros del camino. Así es como debe abordar la conducción nocturna con su hijo(a) adolescente. 

Establezca el tono

Aunque muchos estados exigen que los adolescentes practiquen la conducción nocturna, no debería ser la primera lección de su agenda. Conducir de noche es realmente peligroso para los adolescentes, así que hable sobre esto y asegúrese de que su hijo(a) adolescente entienda que por ahora no está permitido. Eso no significa que usted no pueda conducir de noche con su hijo(a) adolescente en el automóvil, por supuesto, así que aproveche esas oportunidades siempre que sea posible. 

Peligros de la conducción nocturna

Uno de los mayores problemas al conducir de noche es que hay menos visibilidad: simplemente uno no puede ver todo lo que le rodea como lo haría durante el día. Este es un problema importante para los conductores adolescentes que no tienen mucha experiencia para reaccionar ante los peligros. Al considerar riesgos adicionales, como conductores distraídos y exceso de velocidad, el problema empeora aún más. 

Practíquelo: Para ayudar a su hijo(a) adolescente a comprender el problema de la visibilidad reducida, conduzca a un lugar conocido con su hijo(a) adolescente a la mitad del día. Haga que su hijo(a) identifique algo lejano y señale los peligros que hay en el camino frente a ustedes, como los baches. Luego, regrese a este mismo lugar con su hijo(a) por la noche y pídale que haga lo mismo. Una vez que su hijo(a) adolescente vea lo difícil que es detectar baches o puntos de referencia lejanos, le quedará claro lo diferente que es conducir de noche.

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