Dado que no podemos hablar directamente con otros conductores o usuarios del camino, debemos utilizar otros métodos para comunicarnos. Mientras más aprenda su hijo(a) adolescente a “hablar” (y a “escuchar”) con otros conductores y peatones, más seguro estará todo el mundo.
Recorrer el camino con la mirada y usar los espejos para “escuchar”
Para anticipar las acciones de otros usuarios del camino, su hijo(a) adolescente debe aprender a observar el camino delante, detrás y alrededor del vehículo. Al frente es fácil, pero es posible que su hijo(a) adolescente necesite ayuda para ver detrás del vehículo y en sus puntos ciegos. Ahí es donde entran los espejos. Deberá enseñarle a su hijo(a) adolescente a recorrer con la mirada estas áreas cada pocos segundos, así como antes de girar o cambiar de carril. Los puntos ciegos incluso pueden requerir que su hijo(a) adolescente mire por encima del hombro para estar completamente consciente de lo que están haciendo los demás conductores.
“Hablar” con los frenos, el claxon y las luces direccionales
Además de ser un buen oyente, su hijo(a) adolescente debe aprender a “hablar” claramente en el camino. Esto significa usar siempre una luz direccional (incluso si no hay otros vehículos a la vista), frenar temprano para alertar a los conductores detrás de él o ella y reservar el claxon para situaciones que claramente lo requieran. Cuando lleve en el vehículo a su hijo(a) adolescente, señale cómo puede anticiparse a otros conductores en función de sus luces de freno y direccionales, y explique cómo su hijo(a) adolescente también podrá ‘hablar’ con otros conductores de esta manera.
Practíquelo: Cuando conduzca con su hijo(a) adolescente en el automóvil, señale los vehículos y pídale a su hijo(a) que adivine qué es probable que haga el otro conductor a continuación en función de cómo se está comunicando. Luego, pregúntele a su hijo(a) adolescente qué les dicen a otros conductores sus propias acciones al volante.
